
La decadencia de Chichén Itzá se relaciona con el surgimiento de mayapán como nuevo centro de poder en Yucatán. Desde el siglo XIII, la parte habitada de la ciudad era muy reducida. En el siglo XVI, El Castillo y el Cenote Sagrado aún funcionaban como escenarios de grandes procesiones que consultaban su oráculo; sin embargo, los grandes edificios ya no recibían mantenimiento. No obstante, un pueblo cercano del linaje de los cupules, rechazó un primer intento hispano por establecer su capital colonial en las ruinas, aprovechando el inmenso valor simbólico que esto hubiera tenido para la conquista; posiblemente fue el pueblo de Pisté que aún tiene población maya y que está asentado en la parte occidental de Chichén Itzá.

El Observatorio
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